Desde que en el año 2002, Alejandro Amenábar dirigió –Los Otros-, una película inspirada en la obra de Henry james –Otra Vuelta de Tuerca-, no había asistido a un film tan caóticamente inquietante como –El Orfanato-, y mucho menos…española. Un trhiller de suspense, dónde la línea entre lo real y lo irreal; lo normal y lo paranormal es tan delgada, que hay momentos en se hace casi invisible y pierdes la noción de ella.
Con una fotografía magistral y una interpretación, digna de aplauso, por parte de su principal protagonista –Belén Rueda-, el director, Juan Antonio Bayona ha hecho de –El Orfanato- una película impresionante, misteriosa, y desde luego…inolvidable.
Hace aún más grandiosa si cabe, la película, los paisajes y la majestuosidad del caserón, localizados todos ellos en el norte de España.
Belén borda su papel de madre desesperada, porqué en el fondo eso es lo que transmite en casi todas sus interpretaciones, una sensación de desesperación, de intranquilidad. Hasta ahora, es uno de sus mejores papeles; no me extrañaría que se alzase con la estatuilla a la mejor interpretación, en los premios –Goya-. También reseñar, la aparición, para mi gusto demasiado efímera, de Geraldine Chaplin.
Pero si hay un concepto, primordial en esta película, es el…instinto maternal, ese que mueve montañas, para buscar incansablemente; para buscar lo perdido. Perdido, en este caso…inconscientemente.
Hay quién ya la ha clasificado como una fácil película de fantasmas; yo diría que es una película de terror psicológico. Aguanté estoicamente una larga cola, ante la taquilla del cine, pero mereció la pena ¡Desde luego! En la gran pantalla, es dónde realmente se vive, y se puede valorar una película. A quién se atreva, le aconsejo que entre en el orfanato, pero que tenga cuidado si juega a…1, 2, 3…toco la pared.
Con una fotografía magistral y una interpretación, digna de aplauso, por parte de su principal protagonista –Belén Rueda-, el director, Juan Antonio Bayona ha hecho de –El Orfanato- una película impresionante, misteriosa, y desde luego…inolvidable.
Hace aún más grandiosa si cabe, la película, los paisajes y la majestuosidad del caserón, localizados todos ellos en el norte de España.
Belén borda su papel de madre desesperada, porqué en el fondo eso es lo que transmite en casi todas sus interpretaciones, una sensación de desesperación, de intranquilidad. Hasta ahora, es uno de sus mejores papeles; no me extrañaría que se alzase con la estatuilla a la mejor interpretación, en los premios –Goya-. También reseñar, la aparición, para mi gusto demasiado efímera, de Geraldine Chaplin.
Pero si hay un concepto, primordial en esta película, es el…instinto maternal, ese que mueve montañas, para buscar incansablemente; para buscar lo perdido. Perdido, en este caso…inconscientemente.
Hay quién ya la ha clasificado como una fácil película de fantasmas; yo diría que es una película de terror psicológico. Aguanté estoicamente una larga cola, ante la taquilla del cine, pero mereció la pena ¡Desde luego! En la gran pantalla, es dónde realmente se vive, y se puede valorar una película. A quién se atreva, le aconsejo que entre en el orfanato, pero que tenga cuidado si juega a…1, 2, 3…toco la pared.
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