Queridos Reyes Magos: hace muchas lunas que dejé de ser una niña, pero aunque he crecido os espero cada año con la misma ilusión de entonces. Poco os pido para mí, sabéis que se me hace feliz con cualquier cosa. Lo que me llenaría de tristura es que con las prisas y la saturación de trabajo que tenéis la mágica y esperada noche de reyes, os olvidéis de dejar vuestros presentes, a todos aquellos seres que, poco o nada tienen. Las sacas que portáis son enormes y seguro que algo habrá en ellas: un juguete, un techo dónde dormir, un plato de comida, un amor, una cura para su enfermedad, un trabajo digno. No me digáis que no lleváis todo eso, porque, ni yo ni ningún niño os creeríamos. Sois magos y podéis llevar vuestra magia e ilusión a cualquier parte del mundo. Al más recóndito lugar de la tierra. Sé que cada año no hago otra cosa que reiterarme en mi carta del año anterior, pero es lo que deseo. Bueno, por si en el fondo de alguna de las sacas queda algo para mí, por pequeño que sea, os diré que lo más posible es que lo merezca, pues cada mañana me levanto con el espíritu azul, procurando ser, simplemente, buena persona. Pero, qué os voy a decir yo que ya no sepáis, si además de magos sois adivinos.
M.R
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ResponderEliminar¡Me ha encantado! ;)
ResponderEliminarMuchísimas gracias, rey de mi vida. Besitos
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