30 abril, 2015

Paseos por Londres


"Paseos por Londres" es sencillamente una delicatessen. Los textos que componen este libro son seis artículos que Virginia escribió para la revista femenina Good Housekeeping, más tres relatos y un ensayo. Leer a la más íntima Virginia Woolf, y su visión de una ciudad que la conmueve, es siempre un placer inconmensurable. Hacer un viaje en el tiempo por el Londres de los años 30 , a través de sus ojos y su escritura, es sencillamente un lujo. Tras esto poco más puedo decir para recomendar encarecidamente esta lectura obligada para todo aquel que entienda por propia experiencia una de las citas más célebres de Emily Dickinson, esa que reza que "para viajar lejos no hay mejor nave que un libro" (y que figura, cómo no, en el escudo de armas de esta humilde librería Extra Vagante).

Quién mejor que Virginia para hacernos de cicerone por el Londres al que ella misma contribuyó con su sola existencia. Quién mejor que ella misma para darnos fé de su majestuoso paso y la emblemática huella que este imprimió en sus aceras. Pocas veces este Londres victoriano de matices y contradicciones ha podido ser retratado con esta exquisita sensibilidad y lucidez (sí lucidez, a pesar del mito de su locura).

No faltan en el libro pequeños apuntes sobre la cotidianidad de la familia Woolf que explican esa conexión medular de Virginia con la ciudad de Londres. Ni falta el homenaje, del que esta librera no puede menos que mencionar, a un paradisíaco Londres librero, con el paisaje de sus librerías con encanto quejumbroso, que tanto tuvieron que ver con la gestación del emblemático Grupo de Bloomsbury. 

"Caminar sola por Londres es el mayor descanso", bajo esta premisa prepárate para degustar estas páginas con la calma de un paseo pausado y nostálgico. "Debo comprarme un lápiz sin falta", expresa de entrada en el ensayo titulado Ruta callejera; y si este es el pretexto perfecto para que Virginia se permita "con tranquilidad el mayor placer que nos ofrece la vida urbana en invierno: pasear por las calles de Londres", que el esfuerzo de construir un túnel del tiempo con los ladrillos de nuestra lectura, no nos impida adueñarnos de su Londres, transitarlo y vivirlo, como si sus pupilas, sus vestiduras y su porte fueran los nuestros. Tomemos este regalo de valor incalculable de la mano de una generosa Virginia y deleitémonos

Fuente: "Paseos por Londres" es sencillamente una delicatessen. Los textos que componen este libro son seis artículos que Virginia escribió para la revista femenina Good Housekeeping, más tres relatos y un ensayo. Leer a la más íntima Virginia Woolf, y su visión de una ciudad que la conmueve, es siempre un placer inconmensurable. Hacer un viaje en el tiempo por el Londres de los años 30 , a través de sus ojos y su escritura, es sencillamente un lujo. Tras esto poco más puedo decir para recomendar encarecidamente esta lectura obligada para todo aquel que entienda por propia experiencia una de las citas más célebres de Emily Dickinson, esa que reza que "para viajar lejos no hay mejor nave que un libro" (y que figura, cómo no, en el escudo de armas de esta humilde librería Extra Vagante).

Quién mejor que Virginia para hacernos de cicerone por el Londres al que ella misma contribuyó con su sola existencia. Quién mejor que ella misma para darnos fé de su majestuoso paso y la emblemática huella que este imprimió en sus aceras. Pocas veces este Londres victoriano de matices y contradicciones ha podido ser retratado con esta exquisita sensibilidad y lucidez (sí lucidez, a pesar del mito de su locura).

No faltan en el libro pequeños apuntes sobre la cotidianidad de la familia Woolf que explican esa conexión medular de Virginia con la ciudad de Londres. Ni falta el homenaje, del que esta librera no puede menos que mencionar, a un paradisíaco Londres librero, con el paisaje de sus librerías con encanto quejumbroso, que tanto tuvieron que ver con la gestación del emblemático Grupo de Bloomsbury. 

"Caminar sola por Londres es el mayor descanso", bajo esta premisa prepárate para degustar estas páginas con la calma de un paseo pausado y nostálgico. "Debo comprarme un lápiz sin falta", expresa de entrada en el ensayo titulado Ruta callejera; y si este es el pretexto perfecto para que Virginia se permita "con tranquilidad el mayor placer que nos ofrece la vida urbana en invierno: pasear por las calles de Londres", que el esfuerzo de construir un túnel del tiempo con los ladrillos de nuestra lectura, no nos impida adueñarnos de su Londres, transitarlo y vivirlo, como si sus pupilas, sus vestiduras y su porte fueran los nuestros. Tomemos este regalo de valor incalculable de la mano de una generosa Virginia y deleitémonos. 
 "Paseos por Londres" es sencillamente una delicatessen. Los textos que componen este libro son seis artículos que Virginia escribió para la revista femenina Good Housekeeping, más tres relatos y un ensayo. Leer a la más íntima Virginia Woolf, y su visión de una ciudad que la conmueve, es siempre un placer inconmensurable. Hacer un viaje en el tiempo por el Londres de los años 30 , a través de sus ojos y su escritura, es sencillamente un lujo. Tras esto poco más puedo decir para recomendar encarecidamente esta lectura obligada para todo aquel que entienda por propia experiencia una de las citas más célebres de Emily Dickinson, esa que reza que "para viajar lejos no hay mejor nave que un libro" (y que figura, cómo no, en el escudo de armas de esta humilde librería Extra Vagante).

Quién mejor que Virginia para hacernos de cicerone por el Londres al que ella misma contribuyó con su sola existencia. Quién mejor que ella misma para darnos fé de su majestuoso paso y la emblemática huella que este imprimió en sus aceras. Pocas veces este Londres victoriano de matices y contradicciones ha podido ser retratado con esta exquisita sensibilidad y lucidez (sí lucidez, a pesar del mito de su locura).

No faltan en el libro pequeños apuntes sobre la cotidianidad de la familia Woolf que explican esa conexión medular de Virginia con la ciudad de Londres. Ni falta el homenaje, del que esta librera no puede menos que mencionar, a un paradisíaco Londres librero, con el paisaje de sus librerías con encanto quejumbroso, que tanto tuvieron que ver con la gestación del emblemático Grupo de Bloomsbury. 

"Caminar sola por Londres es el mayor descanso", bajo esta premisa prepárate para degustar estas páginas con la calma de un paseo pausado y nostálgico. "Debo comprarme un lápiz sin falta", expresa de entrada en el ensayo titulado Ruta callejera; y si este es el pretexto perfecto para que Virginia se permita "con tranquilidad el mayor placer que nos ofrece la vida urbana en invierno: pasear por las calles de Londres", que el esfuerzo de construir un túnel del tiempo con los ladrillos de nuestra lectura, no nos impida adueñarnos de su Londres, transitarlo y vivirlo, como si sus pupilas, sus vestiduras y su porte fueran los nuestros. Tomemos este regalo de valor incalculable de la mano de una generosa Virginia y deleitémonos. 



Para los asiduos, como una servidora, a la lectura de Virginia Woolf, este es un libro, como digo yo, de coleccionista. Con una bella estética y una delicada y gustosa edición. Os dejo el ISBN de la primera edición.
ISBN: 1ª edición 29 de septiembre de 2014.         9788415958284

27 abril, 2015

El Puente Romano de Córdoba en "Juego de Tronos"




Puente en la actualidad. Fotografía: María Rosa Laguna



R. R. @ABCCORDOBA / CÓRDOBA
Día 09/03/2015 - 20:37h

El Puente Romano, reconstruido para mostrar el reino de Volantis,
 donde se desarrolla parte de la quinta temporada

Un Puente Romano de Córdoba poco reconocible es lo que se conoce de la quinta temporada de la famosa serie Juego de Tronos, que este lunes ha mostrado las imágenes promocionales en su trailer. Ha ocurrido en la presentación de un nuevo servicio a la carta de Apple, que ha utilizado las historias de George R. R. Martin como gancho comercial.
El resultado final es la fábrica de piedra que tiene el Puente Romano mezclada con una serie de construcciones que se asemejan lejanamente a las del Ponte Vecchio de Florencia.
El elenco y los equipos de la serie han usado Andalucía como plató en diversos escenarios que también aparecen en el vídeo publicitario. Los Reales Alcázares de Sevilla se muestran más sin tantos efectos digitales (se buscaba precisamente esa ambientación) aunque pasado por las luchas de poder y sangre que han cautivado a millones de espectadores en todo el mundo.
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El Puente Romano, 
en el universo de Juego de Tronos
MANUEL J. ALBERT | 9 de marzo de 2015 a las 19:55  

El trailer de la quinta temporada adelanta imágenes del monumento, transformado por efectos digitales, junto a escenarios de Sevilla y Osuna
El Puente Romano de Córdoba ya tiene su pequeño papel en las encarnizadas luchas entre la casa de los Stark, los Lannister y toda la panda de dragones que pueblan las novelas y la serie Juego de Tronos, de la cadena HBO. En el segundo 14 del trailer de la quinta temporada de la serie, se avanzan unas fugaces y espectaculares imágenes del puente muy tansformado por los efectos digitales.

Estructuras de madera y torretas de piedra jalonan un puente que, a pesar de su mutación, es perfectamente reconocible para cualquiera que lo haya cruzado. No es el único paisaje familiar que puebla el universo de Juego de Tronos. Estancias históricas del Alcázar de Sevilla y de Osuna también pueden verse en los avances de esta serie que cuenta con millones de seguidores en todo el mundo.

El rodaje prinicipal en Córdoba lo realizó una segunda unidad que se trasladó el 14 de octubre. Ese día y desde primera hora, una nube de técnicos y productores tomaron el Puente Romano. Sobre el Guadalquivir sobrevoló un dron, mientras que una veintena de técnicos captó tomas del Guadalquivir desde distintos ángulos. Durante el rodaje no se han desplazado ni grabado actores.

Basada en la serie de libros bestseller de género fantástico Canción de hielo y fuego, de George R.R. Martin, la serie Juego de Tronos concluyó su emisión de la cuarta temporada de diez episodios en junio de 2014 e inmediatamente después comenzó a rodar la quinta temporada en Belfast. La serie, con la producción ejecutiva de David Benioff y D.B. Weiss, es una historia épica de traición y nobleza, ambientada en el continente de Westeros, donde veranos e inviernos pueden durar años.




26 abril, 2015

Mi color favorito es verte



Argumento:

La escritora Pilar Eyre conoce a un hombre con el que mantiene una breve relación y, tras su desaparición, se obsesiona con él.

Comentario:

Aunque en la sinopsis de la novela se dice que es una historia verídica vivida por la protagonista y autora, que sea cierto, o no, es irrelevante, no afecta al contenido de la historia. En cualquier caso también sirve como recurso para acercar a la autora (y narradora) y a la persona que lee, contribuyendo a crear entre ambas un vínculo, sea real o ficticio, una complicidad incrementada tanto por esa sensación de cercanía que produce la narración en primera persona subjetiva que informa de lo que le parece cuando lo desea, en la que Pilar se muestra exagerada, egoísta, egocéntrica, melodramática y, sobre todo, ingeniosa y divertida, crítica consigo misma y con el mundillo literario.

En Mi color favorito es verte, la protagonista utiliza elementos de la biografía de la autora para desgranar lo que no solo es una historia de amor o una (levísima) investigación detectivesca, sino que además trata otros temas, entre los que destacan la literatura, la soledad o el paso del tiempo, logrando que se puedan hacer varias lecturas, unas más evidentes y superficiales que otras.

Así, no es extraño leer cómo afecta la crisis al mundo literario, y a las ventas de Pilar en particular, verla hablar con sus difuntos progenitores, divertirse con sus primas o, cuando se obsesiona con Sébastien, enviarle poemas, canciones que irrumpen en la narración para señalar con acierto los altibajos emocionales de la protagonista, anécdotas relacionadas con su pasado, familia y amistades, o la intervención de algunos personajes (la pareja del restaurante) ajenos a la trama que no pueden evitar darle su opinión sobre lo ocurrido.

La novela cuenta además con una estructura muy bien organizada en la que se alterna la parte romántica con la intriga por lo que sucedió, pese a que Pilar lo sabe desde el principio del relato y lo cuenta todo a posteriori, dosificando la información con destreza, un detalle aquí o allá rápidamente cortado para mantener la curiosidad, una progresión de la historia en la que siempre parece estar pasando algo, aunque solo tenga que ver con el tema principal tangencialmente, y sutiles digresiones (en los últimos capítulos, en especial durante el viaje a Montpellier, quizá se nota más su finalidad) que retrasan la revelación final.

Además de la trama autobiográfica, centrada en ese amor (o pasión) que se diría una excusa para hablar de temas de mayor profundidad, ya mencionados, como la soledad (esa presencia constante de los progenitores difuntos, la necesidad de comunicar su pasión incluso a desconocidos) o el paso del tiempo y la belleza (el uso de la cirugía estética, las alusiones a la diferencia de edad, la defensa de la pasión y el amor en cualquier momento), destaca el juego metaliterario inteligente y culto que desarrolla la autora desde el principio al final de la obra.

La disminución de ventas de sus novelas históricas, la crisis en el sector literario, el encargo de escribir un libro de autoayuda (en cierto modo Mi color favorito es verte lo es), la descarada utilización de sí misma y sus vivencias como material literario, la verdadera identidad de Sébastien y lo que tienen en común son muestra de la intención de la autora: buscar de complicidad con quienes la leen, establecer varios niveles de lectura y escribir una novela que funciona precisamente gracias a todo esto.

Fuente:http://reginairae.blogspot.com.es/2014/11/mi-color-favorito-es-verte-pilar-eyre.html

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 El país (babelia)
Mi color vavorito es verte

Mi color favorito es verte, de Pilar Eyre (finalista del Premio Planeta 2014), es un libro de famosa que, por motivos de calendario u otros relativos al negocio del libro, se nos sirve en un molde novelesco, advirtiéndonos en la contraportada de que se trata de "una aventura real”: si nos acercamos de puntillas y miramos por la cerradura, encontraremos a una mujer desnuda.
Tal aclaración opera a modo de único reclamo fiable para los hipotéticos lectores que, sin embargo, poca ocasión tendrán de ver lo que se les promete. Porque la arrebatadora pasión o amour fouque la narradora-protagonista-autora Pilar Eyre vive durante tres días con un desconocido que se hace llamar Sébastien Pagés y pasa por ser un reportero bélico apenas ocupa una cuarta parte del libro. El resto es material de relleno, estampas de la (alta) vida cotidiana, que también incorporan a la pandilla de amigos que comparte veraneo en Llafranc, primas, hijo, editor, perro, asistentas..., en un desfile de escenas tan banales como deshilachadas y a veces gratuitas, que se incrustan a partir de ritos sociales y recuerdos azarosos o a propósito de los varios desplazamientos desde la Costa Brava a Barcelona y viceversa y finalmente a Montpellier, o bien durante los tiempos de espera que jalonan sus encuentros y luego su anhelado regreso.
Las reglas del juego se exponen en la segunda página, donde se declara que la literatura queda fuera en este elocuente autorretrato: "Yo soy una escritora de segundo orden porque el periodismo ha consumido los mejores años de mi vida y me han chupado mi energía y mi creatividad, escribo libros sobre reyes y reinas antiguos, novelas históricas en las que los protagonistas tienen vida sexual y las mujeres siempre sufren por culpa de sus maridos, tengo en uno de los periódicos de mayor tirada una columna muy popular y salgo en televisión".
Pivota entre la palabrería insípida, la cháchara esnob
 y algunas notas de humor desenfadado,
porque después del drama queda la burla.

Ahora bien, dado que estamos ante un relato y se opera desde mecanismos narrativos, aunque sea en un nivel elemental, sucede que en Mi color favorito es verte nos encontramos con una bovarycorintelladesca, consumida en fantasías que se expresan mediante una "hemorragia de majaderías" que difícilmente sugieren los sueños de color rosa en los que asegura sucumbir, cuyos aullidos de "loba en celo" a menudo se reducen a "una eyaculación de palabras estúpidas" y cuyos encuentros "íntimos" se resuelven en tablas gimnásticas más bien toscas: "Se puso mis piernas alrededor de la cintura… se hincó en mí, jadeando en cada embate… y estaba tan llena que me parecía que de repente el líquido me saldría por… todos los orificios de mi cuerpo convertidos en un surtidor volcánico lleno de estrépito, lumbre y piedras". El resto pivota entre la palabrería insípida, la cháchara esnob y algunas notas de humor desenfadado, porque después del drama queda la burla. Y la acción.
 Así, la segunda parte de la historia vira hacia la intriga detectivesca —averiguar la verdadera identidad del desaparecido Pagés—, abusando de la dilatación como única estrategia narrativa y de la reiteración de elementos supuestamente eficaces o efectistas —rastreos por Internet, mensajes de Aurélie—, pero cuya repetición, por lo mismo, cansa. Una historia servida y aderezada con numerosos ingredientes: retazos de infancia y adolescencia, presencia de o alusiones a famosos "reales", sesiones de peluquería y lifting, apariciones de ultratumba, almuerzos y cenas, muchísimas canciones, celebraciones varias, marujeo, interiorismo y pildoritas de autoayuda.
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A título personal.
Dos críticas literarias muy diferente de una misma lectura. Yo aún no lo he leído. Me lo regaló mi amor ayer cuando asistimos a la Feria del Libro de Córdoba, por lo tanto no sé con cual de ellas casaré mejor. Igual con ninguna, con un poco de cada , o la mía será totalmente diferente. Para mí, los libros son como las personas, hasta que no las tratas de tú a tú no tienes conocimiento pleno de cómo son realmente por mucho que escuches los comentarios o críticas de los demás.

Distintas formas de mirar el agua



El escritor leonés presenta en la Feria del Libro su última novela editada por Alfaguara 

Julio Llamazares protagonizó ayer la séptima jornada de la 42 Feria del Libro de Córdoba, que se celebra en el Bulevar de Gran Capitán. El escritor presentó su novela Distintas formas de mirar el agua , editada por Alfaguara. El acto tuvo lugar por la noche, en el Bulevar del Libro y la presentación estuvo a cargo del periodista Alfredo Asensi. 

Julio Llamazares presenta 'Distintas formas de mirar el agua', una novela coral sobre el desarraigo que surge de una vivencia personal: la desaparición bajo el agua de su pueblo natal

Dos preguntas han asediado a Julio Llamares: cómo ha influido en él el hecho de haber nacido en un lugar que hoy está sumergido en un pantano y qué relación tiene con Gaspar Llamazares. Se desconocen las respuestas que ha podido dar a la segunda. Para contestar a la primera ha publicado una novela que tardó un año en escribir y una vida en concebir, Distintas formas de mirar el agua (Alfaguara). Ayer la presentó en la Feria del Libro. "Es la historia de mi vida y de muchas personas que han tenido esta experiencia", afirmó.

Es la novela más personal e íntima de Llamazares, que opta por un planteamiento coral, con casi 20 personajes (todos menos uno, miembros de la misma familia) que ofrecen su testimonio, su reflexión sobre el motivo que los ha reunido: la muerte del abuelo, que dejó dicho que sus cenizas debían ser arrojadas al pantano que cubre lo que fue su casa, su tierra, su origen. Es la historia de Llamazares, que nació en el desaparecido pueblo leonés de Vegamián, hoy un embalse. "No sé por qué la he escrito ahora, podría haber sido antes o después, pero las novelas se cruzan en la carretera cuando tú no las buscas", señaló el escritor, que compartió con los asistentes sus reflexiones sobre los diversos conflictos que se despliegan en la obra, sobre todo qué se siente cuando eres de un lugar "al que jamás podrás volver".

 Este "acontecimiento simbólico" activa el discurso dramático de la novela, que pone de manifiesto con su planteamiento polifónico "la relatividad de la mirada humana". La obra es "una sucesión de flujos de conciencia" en la que los personajes se expresan en función de su mayor o menor proximidad a la historia y al trauma original. Los más afectados son personajes que tienen que "volver a aprender a mirar de nuevo", despojados de su paisaje y su horizonte, desarraigados, dolientes y dignos.

Llamazares tenía 13 años cuando taparon el valle y en su memoria flotan las historias de su padre, maestro en Vegamián, y de otros exiliados. En 1983, cuando tenía 28 años, la presa fue vaciada por una revisión técnica y el escritor fue a ver el terreno, un valle de lodo en el que permanecían "las ruinas fantasmales" de su pueblo y de otros cercanos. Entró a la casa donde había nacido y a la escuela en la que su padre daba clases. Una experiencia de la que conserva algunas "imágenes surrealistas".

La novela surgió a base de chispazos. "La escribí como si me la dictaran", anotó el autor de Luna de lobos y La lluvia amarilla, que defiende, con Pessoa, que la literatura es la mejor manera de estar solo.

Fuente: [noticia publicada en el Día de Córdoba 25/04/2015]