Presentación
María Rosa Laguna nace en Fernán Núñez, desde pequeña jugaba con su imaginación dejándola volar para crear historias. Mujer autodidacta y estrechamente vinculada con la cultura de su pueblo. Ha colaborado en diferentes revistas de ámbito local. En varias ocasiones ha formado parte del equipo de redacción de la Revista de Feria. Es miembro de la Junta Directiva de la Asociación Cultural Los Caños Dorados de Fernán Núñez y monitora del Club de Lectura El Sembrador de Palabras de la Biblioteca Pública Juan Gómez Crespo de esta localidad. Su pasión por la fotografía la llevó hace tres años a exponer durante la Feria del Libro su trabajo titulado Flor de Poemas, en el que se mostraban veinticinco imágenes florales acompañadas de poemas de autores locales y de su propia cosecha.
Se considera amante de los libros, maniática de las primeras ediciones y coleccionista de ellos, unas veces atraída por la portada y otras por el texto.
Como buena lectora que es y eso se manifiesta en sus escritos, entre los autores que admira se encuentran: Gustavo Adolfo Bécquer, Carolina Coronado, Antonio Muñoz Molina, Alejandro López Andrada, Julio Llamazares Nadal, Pérez Reverte, Juan José Millás...
Me contaba que comenzó a escribir sus primeros relatos cuando tenía once años. Si veía una película ella ponía el final que más le gustaba. De esta ingeniosa manera construye su historia, mejor dicho, su propia película, que al fin y al cabo es lo que más nos importa: nuestro final feliz.
Este su primer libro Mano de Luna, y creo que vendrán muchos más, está estructurado en cuatro partes correspondientes a las cuatro fases de la luna. Ha elegido este título porque todas las composiciones excepto El abrazo de Helios están escritas durante la noche, de la mano siempre fiel, de la luna.
Abre el libro con Luna Llena, el relato que lo encabeza es Acercanza y termina con Cuarto Creciente. Un crecimiento que la propia autora procura llevar a cabo, tanto a nivel personal como literario.
La característica de algunos de los textos que componen este libro es que están inspirados en pinturas o esculturas de diferente autores. Por citar algunos ejemplos: el texto titulado Belleza Mineral, en la escultura La lectora de Pietro Magni, Memento, en Noche de luna de Mauricio Ogliastri Sosa, o Ex_ ánime en una de las pinturas de Tomasz Rut, entre otros.
Hay mucho de su vida en Mano de Luna: la forma de ver y de sentir, la manera de percibir el mundo es en la mayoría de las veces imposible de separar y así ocurre con los textos de María Rosa Laguna.
María José Mures
PRÓLOGO
“La Mano de la Luna” el libro que tienes ante ti, lector consagrado o simple curioso que te asomas a estas páginas compuestas por la escritora María Rosa Laguna, es fruto de su inspiración y del amor por la letra impresa y el trabajo bien hecho. El primer libro, como el primer amor, estará siempre presente a lo largo de su vida, como lo está su pueblo. Fernán Núñez, aunque no aparezca de forma contante y sonante en este, ni en las pequeñas historias que configuran la obra, un libro cuidado y estructurado a modo de “fases lunares” que reflejan fielmente la voluntad de su autora por acercarte esta obra para ser gozada y enriquecida por la aportación de quienes la desentrañan con una lectura íntima, abierta, reflexiva y desafectada de cualquier sentimiento ajeno a la experiencia literaria y al descubrimiento y disfrute de sus virtudes, que no son pocas.
Lectora impenitente y escritora de vocación contribuye, con este libro, al patrimonio bibliográfico de Fernán Núñez. María Rosa no quiere subordinar su mensaje a los dictados de la métrica y apuesta por la amplitud y liberalidad de la prosa sobre el verso ajustado y sometido al dictamen de los aspectos puramente formales.
Este libro intitulado “La Mano de la Luna” no es un cúmulo de sortilegios, ni de decires ni cantares a la luz turbadora de la luna, como cantan los grillos en las tórridas noches de verano en La Campiña Sur de Córdoba.
Por el contrario, este es un volumen compuesto con el ánimo de dar a conocer la visión del entorno próximo, sin localismos ni exaltaciones “ad hoc” y sin poder evitar flashes que iluminan los entresijos de su mundo interior.
La propia autora es el personaje central de sus historias donde, de forma premeditada altera esta condición personal para dar mayor viveza y poder describir desde ángulos diversos, cada una de estas narraciones reflejadas en el esquema conceptual de la prosa poética.
Un marco en el que la nívea luminaria de la luna, sus soledades y sus silencios, sus descubrimientos aportan la dimensión real de estos textos que te invito a compartir. De acuerdo con los postulados de André Breton, el padre del Surrealismo, es preciso evitar la preocupación de complacer o de convencer, y desafectar cualquier sentimiento negativo apostando firmemente por los valores que aquí se hallan explícitos a la espera de que seas tú mismo, lector, quien rompa el sello y penetre, paso a paso por este libro encantado y, de ser posible, por la amistad de su autora, beneficio del que tengo el privilegio de disfrutar.
José María Luque
Mi más sincero agradecimiento
Al Excelentísimo Ayuntamiento de Fernán-Núñez, en particular a Alfonso Tejederas, Concejal de Cultura, por su sencillez y su prestancia. A la Biblioteca Pública D. Juan Gómez Crespo, casi, mi segunda casa, y en especial a Juan Jesús Luna, su bibliotecario por su siempre presta disposición. A mi hijo, el Rey de mi vida, pues sin su amor y su apoyo no habría logrado llegar hasta aquí. A Elena Luque por la enérgica calidez humana que siempre recibo de ella. A Esteban Mejías por su cariño y su aliento, siempre dulce y reposado. A José Mª Luque, que con su sabia y montillana mano de Inca me dio el empujoncito final para llevar a cabo este proyecto. A Mari Toñi, mi amiga del alma, porque nunca tiene un no por respuesta a la hora de apoyarme en todo cuanto hago A Mª José Mures por su serena y fiel amistad, y a quien le debo, entre otras cosas, mi blog en la red. Mi entrañable agradecimiento también a José Naval por regalarme el poema cuyas primeras estrofas abren, de par en par, las puertas a esta Mano de Luna. Y cómo no, qué duda cabe, a Antonio Gázquez, de CREA Comunicación Integral, por el hermoso trabajo realizado con este, mi primogénito literario, y por soportar estoicamente mi metodismo. A todos ellos, en el espacio y el tiempo, gracias de corazón por confiar en mí.