De los nueve libros de poemas -muy famosos en la antiguedad- escritos por la poetisa griega Safo, sólo quedan, como éste, algunos fragmentos. Sus poemas fueron destruidos por la intolerancia de cristianos y musulmanes que prendieron fuego a la famosa biblioteca de Alejandría. Se consideró literatura impúdica y así nos despojaron de un invaluable e irremplazable patrimonio de la humanidad.
Después del incendio no quedó ni rastro de su poesía hasta que, a principios del siglo XX, unos arqueólogos -que buscaban otra cosa en Egipto- hallaron unos sarcófagos, hechos como de cartón de piedra con unas vendas, en las que había una trascripción de los escritos de