Por Muchos aniversarios más, amor.
Le gusta abrazarla. Abrazarla, una y otra vez. Sentir el calor de su cuerpo, de su amor. Le gusta acariciar su espalda y trepar por ella como hiedra salvaje conquistando un terreno mil veces ya recorrido. Con ella ha descubierto que el amor no es silencio, es palabra. Que no es soledad, es compañía, complicidad. Que no es oscuridad, es luz. Una luz azul que le acompaña y le guía allá donde le llevan sus pasos. Una luz de amor que corona el acantilado para no hacerle encallar en sus días de tormenta. Ha descubierto, que se puede detener el tiempo en el beso, en el abrazo y sobrevolar las copas de los árboles, las cumbres de las montañas, y dormitar acurrucados entre las nubes.
Le gusta abrazarla, y besarla, y acariciarla,
y amarla. Porque ella es su vida, su risa, su luz, su verdad. Toda su verdad.
María Rosa Lguna