Cada año nuevo supone, sobre todo, mirar adelante con tanta ilusión como incertidumbre. Pero algo primordial es no perder nunca la esperanza. La esperanza de un mundo mejor, de una vida mejor. Nada de eso se consigue sin esfuerzo y sacrificio, qué duda cabe. Intentemos, pues, no perder ni la esperanza ni la ilusión, y sigamos esforzandónos para que el año que acaba de nacer, traiga, entre las agujas del tiempo, todo aquello que deseamos.
¡Feliz Año Nuevo!
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