03 octubre, 2007

"Los Paraisos Artificiales"



Metafórico título, tomado de una tienda de flores, para una de las mejores obras, en prosa, de Charles Baudelaire, se divide en dos partes, una escrita en 1858, y la segunda en 1860, cuando fue publicada en su totalidad, incluyendo las dos. Tres años antes, habían visto la luz, las eternas “Flores del Mal”. Este libro, en parte, basado en sus propias experiencias con diferentes drogas, algunas de ellas, para paliar los constantes dolores, y espasmos que le producía su enfermedad, fue escrito en una de sus peores etapas maniaco-depresivas, e inspirado en las también confesiones de un consumidor de opio, como fue, -Thomas de Quincey. Los paraísos, se desarrollan prácticamente, en esa línea divisoria entre la realidad y el ensueño, al que Baudelaire accedía con tanta frecuencia, y donde su mente se cubría de una locura tan lúcida, que nos muestra un subconsciente, pletórico de ideas y sentimientos.

En el libro, se publican además de sus escritos, diferentes grabados y autocaricaturas que Baudelaire esbozaba durante esos estados transitorios. Para los conocedores de la obra de Baudelaire, no me negaran que en “Los paraísos…”su dualidad entre la atracción por lo divino y lo diabólico, resurge con una fuerza indiscutible.

En los paraísos, la sensibilidad Baudelariana, se hace aún más perceptible, y tiende a percibir el tiempo como especializado; ya que la carga temporal que aparece en sus textos pierde intensidad a favor de la espacial. A pesar de que muchos críticos, tanto de su época, como de la actual, califican a “La Fanfarlo” como su obra autobiográfica, en “Los paraísos…” es donde mejor se plasma, la claustrofóbica y dolorosa existencia del poeta.

Gracias, al rey de mi vida, por regalarme esta joya intemporal de la literatura.

“Los Paraísos Artificiales”
Edit: Cátedra.




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