03 marzo, 2008

Christine De Pizan (1364 - 1430)





Nacida en Venecia en el año 1364, Christine de Pizan será una de las voces femeninas más significativas del panorama intelectual europeo del Medioevo. Hija del astrólogo de Carlos V de Francia, puede ser considerada «el primer autor profesional» de la literatura francesa. Casada a los quince años, madre de tres hijos y pronto viuda, supo aprovechar la educación recibida de su padre para denunciar la misoginia, tan corriente en su época sobre todo en los ambientes clericales.

La obra literaria de Cristina estuvo centrada en la mujer durante más de tres décadas. Sus duros ataques al misógino autor que terminó el entonces popular "Roman de la Rose" fueron el origen de la "Querella de las mujeres" ("Querelle des femmes"), una disputa entre escritoras y escritores sobre la dignidad de las mujeres que se prolongaría el siglo siguiente y que tendría entre sus representantes a Margarita de Navarra, con su "Heptameron", o a sor Isabel de Villena, con su libro contra "L'espill" de Jaume Roig, quien acusaba a las mujeres hasta de haber provocado el diluvio.

Cristina de Pizán fue una mujer moderna, una ciudadana avant la lettre: tuvo una educación exquisita, además de convivir con eruditos y intelectuales. Dispuso, además, de ese espacio privilegiado e imprescindible que Virginia Woolf llamó una habitación propia: "Sentada un día en mi cuarto de estudio, rodeada toda mi persona de los libros más dispares, según tengo costumbre" son las palabras con las que se representa ella misma en La ciudad de las damas.

La última obra de Cristina, "El dechado de Juana de Arco", una coetánea suya, fue la culminación de su carrera y sus ideas, puesto que veía aunadas en la ‘pucelle’ todas las virtudes posibles.


La Ciudad de las Damas
Es el título del libro que Cristina de Pizán escribió en 1405 para descargar su indignación y rebatir los argumentos de aquellos empeñados en demostrar la naturaleza no moral de las mujeres, en oposición a la de los hombres, y su perversidad intrínseca y corrosiva.La Ciudad de las Damas, poblada de "mujeres de mérito de todos los estados y condiciones", construida por Cristina de Pizán con la ayuda de la Razón, de la Derechura y de la Justicia, es no sólo un espacio metafórico en el cual proteger a las mujeres, sino también un espacio de relaciones regidas por el derecho, es decir un espacio de ciudadanía.

Fragmento.

"Y si alguna mujer aprende tanto como para escribir sus pensamientos, que lo haga y que no desprecie el honor sino más bien que lo exhiba, en vez de exhibir ropas finas, collares o anillos. Estas joyas son nuestras porque las usamos, pero el honor de la educación es completamente nuestro. "






















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